Z Live, primera jornada, Jueves 13 de Junio de 2024, Zamora

Primera Jornada del Z Live Zamora

Crónica de Sikanda

Fotografías cedidas por Fran Cea, Pedro Rueda y Javier Bragado

Voy a comenzar haciendo un repaso general de lo que ha sido este año el Z Live 2024 en los aspectos no musicales. Ir a Zamora es como estar en casa para los que acudimos, como yo, desde Valladolid. La ciudad es bonita, acogedora, paseable, con una gente entregada y preparada para recibirnos a todos. Los bares de tapas excelentes, (os recomiendo las calandracas, si no las conocéis), todos bien surtidos y dispuestos. Es una maravilla pasear por sus calles y encontrar una camiseta negra o una melena a cada paso, sin incidentes, sin agobios, conocer a gente nueva… Los taxistas poniendo heavy metal en los coches, personas anónimas recogiendo gente para acercarlas hasta el centro o hasta IFEZA… Todos sus habitantes se vuelcan, sin ninguna duda. El Z Live es una experiencia completa.

Las instalaciones del evento en sí, en IFEZA, son espectaculares: el recinto es amplio, cómodo, y sin charcos es un gusto estar. Los puestos de comida variados, todos en línea, y este año como novedad, una zona de alimentos de Zamora que promocionaba y a buen precio, sus viandas. Como el año anterior, había una zona de bancos y mesas tanto para comer como para descansar un rato. Los baños, NUNCA, NUNCA he ido a un festival y los aseos han estado tan limpios y cuidados como en el Z y siempre con papel… Esto, para mí, dice mucho de lo que la organización se preocupa de los detalles. Lo hice en persona, pero desde aquí quiero dar las gracias a los limpiadores de los baños, que trabajaron a destajo para tenerlos todo el tiempo a punto.

El merchandising tanto del festival, como de las bandas estaba en el interior del recinto ferial, por lo que era cómodo de acceder y de ver. Los precios ya son otra cosa… Los camareros y todas las personas que recargaban las pulseras eficientes y atentas. De verdad que en este sentido no puedo decir más que cosas buenas de todos.

En el lado menos positivo, el aparcamiento. Es cierto que permiten aparcar en una carretera justo al lado, pero si no llegas pronto al recinto aparcas a 15/20 minutos andando tranquilamente, y después de 10 horas de concierto… es matador. El acceso es único y te toca dar una gran vuelta para llegar a la explanada donde están los escenarios. Quizás, otra entrada en el otro extremo, ahorraría una parte del paseo.

Pero más importante… los conciertos empiezan a las 3 de la tarde, y si quieres descansar, o el jueves o viernes te toca trabajar o estás comiendo tranquilo por la ciudad… es muy difícil estar desde el principio hasta el final viendo a todas las bandas. Llegamos a una edad…y es complicado estar a tope toda la jornada durante 3 días seguidos. Y al final, esos grupos, que merecen todo el respeto, tocan ante unos pocos centenares de personas mientras que en otro horario podrían hacerlo ante miles.

Después de toda esta introducción voy con las reseñas. Entre salir de trabajar, alojarnos en Zamora, aparcar y llegar hasta el recinto, recoger el pase y demás pasos previos… No llegué hasta bien empezados Orden Ogan. Y eso que era una banda a la que tenía muchas ganas de ver. Los alemanes practican un power metal de manual, con grandes y pegadizos himnos como “Inferno”, “Heart of the Android” o “The order of fear”, ampulosos y de guitarras veloces. Se mostraron cercanos y con ganas de agradar durante su hora de actuación y eso que el sonido no fue fino del todo. Cerraron su repertorio con “Things we believe in”.

Después llegó el turno de la Metal Queen por excelencia: Doro, que sin duda tiene el renombre que se merece. El año pasado no llegó a tocar debido a las torrenciales lluvias en Toro, donde se había dispuesto su interpretación. Desde luego, este jueves con la presencia de la rubia alemana y los suecos Europe era el día grande y se notaba gran afluencia de público que llegó para no perderse ni un segundo de su repertorio. Con 60 años recién cumplidos sigue saliendo a escena con todo el poderío y la fuerza que siempre ha demostrado y está estupenda, mostrándose en todo momento con una sonrisa en la cara. No paró de moverse, de animar a la gente, de darlo todo junto a la banda que la acompaña desde hace varios años.

Tocó temas de su época de Warlock y también de su carrera en solitario como “I Rule the Ruins”, “Earthshaker Rock”, “Burning the Witches” o “Raise Your Fist in the Air” en la que todos le hicimos caso y levantamos nuestros puños.  También hubo momentos para el sentimiento como cuando cantó “Für Immer”, una balada que la gente no dudó en corear. Otro momentazo brutal fue cuando la alemana recordó su gira acompañando a Judas Priest para presentar su versión del “Breaking the law”. Por supuesto nos quedaba como cierre el mítico, clásico y esperado “All we are” que puso a todo el mundo patas arriba. Y cuando ya parecía que era el fin, se marcaron el tema “All for metal” para poner el broche perfecto a una actuación que supo a muy poco y que sin duda quitó con creces la espinita de no haberla podido ver en la edición anterior.

Con puntualidad aparecieron por el Cooper Stage: Eluveitie, otra banda que sufrió el diluvio en 2023, y que pese a ofrecer unos temas en acústico, no pudo ofrecer su espectáculo como estaba previsto. La banda suiza, conocida por la fusión del death metal melódico y las melodías populares de las naciones celtas ofreció un concierto cargado de fuerza y energía, fusionando las voces de su cantante Chrigel y la de Fabienne Erni. Arrancaron con Exile para dar paso a temas como “Nil”, “Epona” o “Deathwalker”. Los instrumentos iban apareciendo también: gaitas, arpa, violín… También ellos hicieron referencia a la lluvia del año pasado y mostraron su contento por poder volver al Z Live.  La noche iba cayendo al igual que sus canciones: “Havoc”, “King”, “Aidus” y el cierre con “Ategnatos” e “Inis Mona” con la que dieron por concluida su actuación tras una hora y diez minutos.

Con un retraso de 15 minutos y un ambiente espectacular en cuanto a público y temperatura aparecieron en el Silver Stage los suecos Europe. Toda una institución con la que muchos hemos crecido y que para muchos era el gran atractivo del festival. Salieron a darlo todo con «On Broken Wings» para dar paso al saludo que quedó como marca del Z Live: ¿Qué pasa majos? (ponedle tono de sueco) y al primer súper himno: “Rock the night” que sin duda hizo las delicias de todos. Más temas que sonaron: «Walk the Earth», del álbum del mismo título y «Scream of Anger».

Después hubo un pequeño parón y con una especie de intro de teclado por parte de Mic Michaeli, que estuvo espectacular toda la noche, llegó el temazo que es “Sign of the times”. Joey Tempest está en una forma física excelente, demostrando que es un gran líder, moviéndose cómodo por el escenario con su micrófono blanco, implicando al público…aunque la voz en algunos momentos se le iba un pelín. Por su parte, John Norum se mostró un tanto hosco, frío, aunque su labor como guitarrista es impecable. Uno de los momentos más mágicos de todo el festival sin duda fue cuando la banda sueca interpretó la súper balada “Carrie” coreada por todos y cada uno de los que estábamos allí.  Luego cayeron «Last Look at Eden» y «Ready Or Not» para llegar a otro clásico como «Superstitious», en la que incluyeron un trocito de “No Woman, No Cry”. Y no lo sabíamos porque se suponía que iban a tocar más tiempo del que realmente lo hicieron, pero tras unos diez minutos de parón, llegaron los bises, que no podían ser otros que “Cherokee” que sonó con menos revoluciones y feeling que la original, quedando un tanto descafeinada y por supuesto su tema más conocido, famoso, coreado… seas heavy o no: “The final countdown” que no ha parado de sonar desde 1986 y que fue un chute de energía para todos. Y tras este himno mundial se marcharon, quitándonos, sin ninguna justificación por parte de nadie, una media hora de concierto. Todo un lujo poder disfrutar de un espectáculo así tan cerca de casa, con tan buen sonido, ambiente y escenario.

Nos habíamos quedado un poco fríos tras ese recorte en la actuación de los suecos, pero pronto llegaron los croatas Jelousick para hacernos entrar en calor. No conocía a esta banda, que me había recomendado mi compañero David, y me sorprendió muy positivamente, como a muchos de los que seguíamos allí, pues tras Europe el recinto se vació bastante. Su líder y cantante Dino Jelusic es un vocalista excepcional, con una carrera artística envidiable y demostró que puede ser muy grande. Se movía con mucha seguridad por el escenario, animaba al público constantemente y sobre todo lanzaba su gran voz en temas como “Reign of Vultures”, “Healer” o la balada “The Great Divide”. Curiosa y con mucho gancho fue su versión del tema de Roxette “The Look” a la que le dieron un rollo muy especial llevándosela a su estilo hardroquero. Creo que esta canción hizo que muchos asistentes que andaban descansado por ahí se acercaran hasta el Cooper Stage tras escuchar el cover. Además de verse beneficiados por el recorte de Europe, que les permitió salir antes.

El cierre de esta primera jornada del Z Live les correspondió a los madrileños Obús. Con su chulería característica fueron desgranando sus grandísimos clásicos, esos que conoces, aunque no seas fan de la banda. «Necesito Más», «La Raya», “El Que Más». “Todo Dios”, “Que te jodan”, “Autopista”, “Prepárate” … Se enrolló menos que otras veces hablando entre tema y tema, lo cual fue de agradecer dadas las horas…  El fin de fiesta lo pusieron con “Solo lo hago en mi moto» que puso el punto y final al jueves.

Quiero dar las gracias desde aquí a los fotógrafos que han cedido sus fotografías amablemente a los medios que sólo llevábamos redactor.

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Source: diosesdelmetal.org

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