Los lobos moran por Escandinavia en busca de presas con las cuales alimentar a la manada y perpetuar la especie. No son pocas las bandas que tratan de mantenerse a flote en un océano underground a la espera de tragar todo lo que se ponga por delante. Un día se está en lo más alto y en poco tiempo, ni se sabe cómo se ha llegado al abismo. Wolfheart está orgulloso de cómo ha crecido su legión musical gracias a una ardua constancia y el buen hacer que Tuomas y compañía ostentan en la industria extrema finesa. A punto de embarcarse en una gira europea con nombres de categoría, el cuarteto no se olvida de enmarcar su trayectoria profesional con otro álbum de estudio, «Draconian Darkness» el cual se verá su recepción al público y fans.
De inmediato, se da salida a las jaurías con «Ancient Cold» en una épica introducción, donde un par de ritmos luchan entre sí mientras la batería y los coros observan. La desgarradora voz de Tuomas cautiva de primeras sin entrar en los guturales característicos, creando una atmósfera junto al brutal sonido pesado y de textura muy cruda. Es remarcable la genial orquestación del estribillo y el unísono grupal, que contrasta con ese solo técnico de cierta errática teórica. Aunque los breaks líricos de algunos versos no tienen fundamento en la estructura general, Wolfheart los utiliza en favor de evocar moshpits literales. No es que suba el ritmo en el tempo, lo cual se entendería en «Evenfall» gracias a ese doble bombo desbocado y melodías de fuertes notas. No obstante, la clave principal reside en los graves de Lauri y su versatilidad a la hora de romper oídos o abrir la puerta a la belleza tenor. Es el maestro que guía toda la composición, estableciendo el lugar de cada instrumento, sea la voz o las áreas solistas. Un poco pegadizos son los riffs; ¡no lo suficiente para una detracción singular! Los acordes y arpegios medievales de «Burning Sky» que se acompañan de una armonización limpia sobrecogen el corazón. El estallido posterior de pura distorsión y ambientación ya convierten al corte en un cúmulo de puro death metal old school capaz de hacer vibrar al ser vivo más insensible del mundo. La evitación de los guturales evita las llamas de las fusiones modernas, lo que se traduce en una constancia de la banda por mantenerse estáticos en su evolución musical. Por ejemplo, el estilo heavy de «Death Leads the Way» retoma unos efluvios clásicos con ritmos simples de ligados que, rodeados de un sonido muy tétrico, se superponen a otras características notorias como la audacia baterista de Joonas o la destreza artística de Vagelis. Casi se podría imaginar a este tema como el himno de una misa macabra o un sacrificio pagano.
Pues ya que ha salido el aspecto religioso, «Scion of the Flame» es el contrapunto necesario con motivo de ejecutar música digna de culto. Entre melodías rápidas y furiosas, las notas seguidas consiguen una ganancia espectacular que no aburre al oyente; al revés, le incita a cerrar los ojos y sumergirse en una realidad paralela de intenso metal/rock. No es difícil sugerir que este álbum posee un velo místico; ¿en qué se habrá inspirado Wolfheart? Las tumbas se revuelven al paso de los lobos y el breve teclado de «Grave» sume la tierra yerma en un armonioso conjunto que se rompe de inmediato en la entrada de Joonas y el dúo guitarrista rasgando cuerdas a lo bestia. Los cambios de ritmo adornan la voz de Tuomas del mismo modo que los efectos adyacentes de una progresía musical menor. No se debe obviar ese riff medial veloz y escalado que desgrana las secuencias y diversifica la visión creativa en una irradiación de black metal escandinavo. ¡Cuánto antes se dice, mejor! «Throne of Bones» es una elegía al género extremo de la oscuridad en base a unas melodías de galopes cuyo aspecto técnico queda enclavado en Lauri y sus graves, los cuales dan más personalidad a las notas y acordes. La polifonía rítmica y solista previos al break canóniga es, sin duda alguna, una clara referencia al contraste old school de finales del milenio.
Poco queda de este impresionante disco pagano, y aun así, «Trial by Fire» no cesa en us objetivo de romper la mente del oyente. Estando Joonas más bruto que nunca en no hacer decaer su doble pedal, la crudeza interpretativa expele un solo terminal donde la admiración por el talento de Wolfheart es inmensa, al igual que la voz de Tuomas y coqueteos guturales. Rememorando el logro anterior, «The Gale» agarra la acústica tenebrosa del cuarteto y le imbuye una sensación de nostalgia para que más bombazos retorcidos vayan poniendo a tono la escucha, dejando que el resto de compañeros interaccione con el micrófono aparte del estribillo. La poca duración de la distorsión salvo la presenciada en los versos hace que la manada se aleje en la despedida, aullando en un futuro loable de éxitos. Finlandia sigue en su impecable ascenso dentro del melodic death metal moderno, y Wolfheart es una de las razones de tal hecho. «Draconian Darkness» vuelve a demostrar que este cuarteto tiene una potencia creativa ilimitada; sólo queda verla en directo para dar veracidad a esta sentencia. Vuestro redactor y crítico Wesker le adjudica una cánida nota de 8,7. Las mascotas de Tuomas siguen muy vivas cuando hay que salir de caza social; ¡muy pronto se les verá ante el público!
TrackList
- Ancient Cold
- Evenfall
- Burning Sky
- Death Leads the Way
- Scion of the Flame
- Grave
- Throne of Bones
- Trial by Fire
- The Gale
Review: alberto@metaltrip.com
Source: metaltrip.com