No puedo sentir más que admiración, me encantaría tener esa fuerza de perseguir los sueños que tienen bandas como Tokio. Estos tipos de Pinto que fueron capaces de ganar el Villa de Madrid y el Villa de Bilbao en el mismo año, nada mal para iniciar su carrera como banda, y después de tirar la toalla decidieron que era momento de volver allá por el 2013, con sus dos huevos, y es que, cuando alguien siente que le han quedado cosas por hacer y por decir hay dos opciones, la fácil, cambiar de canal y no escuchar, o lo que hacen los valientes, apagar la tele y gritarle al mundo “Si os pensáis que me habías vencido lo lleváis claro, iros preparando porque aquí estoy de vuelta”
Con estos antecedentes, y tras una lucha interna sobre si había merecido la pena volver, Tokio vuelven a dar una patada al ajedrez y mandan a tomar por culo todas las pieza…excepto la de la reina, la importante, la “Princesa del engaño”. Han superado una vez más todos los obstáculos posibles, desde la búsqueda de un nuevo batera, que por cierto tenían en casa, Javier Escudero, hasta la incorporación de Ricardo Tonett en el estudio para grabar las partes de bajo, una plaza que actualmente sigue vacante En “La Redención del Caos” no vais a encontrar experimentos raros, vais a escuchar el Hard Rock más clásico y añejo de nuestro país, algo de lo que te das cuenta enseguida en temas como “Realidad paralela” con esos coros, un estribillo pegadizo y la presencia de los teclados de Alberto llevando por completo el peso de un tema que te recordara a los añorados Júpiter.
Hay momentos para todos, siempre sin imponer su sonido por encima del resto, como sucede con la guitarra de Juan Carlos en “No hay mal que 100 años dure” con esa letra tan importante en estos días, recordándonos que tiene que llegar la paz, y ese intervalo vocal que te hace reflexionar sobre lo bonito que estamos dejando el mundo a las nuevas generaciones. Las letras son muy importantes en este disco como podéis comprobar en “El árbol de la vida” donde una vez más Juan Carlos y Alberto van cogiendo, aleatoria y magistralmente, el protagonismo para mecerte el alma y llevarte allí donde la conciencia se apodera de tus pensamientos para hacerte reflexionar sobre lo que realmente importa.
Muchos de los cortes esta orientados a hacer que el público cante con ellos, como en “La magia es posible”, y todo esto sin tener aun fecha para que esto suceda, aunque esperamos que sea lo antes posible. Como os hemos comentado anteriormente, Tokio no han regresado para dejarse llevar y tirar a lo fácil, y si no escuchar como los de Pinto coquetean con el Blues en “Ella es el poder” donde Manuel Escudero deja más claro aún algo que siempre me ha llamado la atención, y es, ese “deje” chulesco cantando que me trae a la memoria en algunos momentos a un tal Bunbury, no sé si lo conoceréis, solo le falta sacar la lengua cantando, salvando las distancias por supuesto, no lo cojáis al pie de la letra.
¿Os gusta Obús? Pues quizás vuestro tema sea “Solo quiero olvidar”, sobre todo con ese inicio a guitarra y voz que te va a traer a la memoria a Fortu, me apuesto lo que queráis, por no hablar de ese riff de guitarra que podría firmar Paco, pero, son Tokio, y para que esto no deje de sonar a ellos mismo ya sale al rescate una vez más Alberto y su teclado antes de un corto pero efectivo solo de Juan Carlos que da paso al grito coreable “Made in Obús”, vamos, lo que viene siendo un clásico que podría haber visto la luz en los 90 y hubiera sido todo un pelotazo. Pero, si me tuviera que quedar con un tema de esto disco tendría un problema, no sabría bien si elegir “Realidad paralela” o lo que creo que es la joya tapada de este disco. Os hablo de “Mensajes en el tiempo”, en este corte te vas a encontrar un medio tiempo con un sonido de órgano de lo más clásico, pasando por un punteo que puede traerte a la mente esos pasajes a la guitarra de las baladas clásicas de Scorpions para que de repente te encuentres sumergido, sin saber ni cómo ni porque, en un sucio cabaret escuchando algo de Swing ¿Cómo diablos se come esto? Pues yo que narices se, preguntárselo a ellos, yo solo sé que el tema te sacude de tal forma que no te da respiro.
“La redención del Caos” se cierra con un tema que te hace de psicólogo gratis, bueno, gratis no, que espero que hayáis comprado el disco, lo que si es que te va a salir barato, y más si Tokio consigue que pongas en práctica ese grito de “No te rindas, mientras quede un resquicio de luz en tu oscuridad”. El tema lleva por nombre “Bullying” pero bien podría llamarse “Depresión”, esa terrible y silenciosa enfermedad que esta tan presente en nuestros días y que es tan letal y poderosa como la peor que os podáis imaginar. Desde estas líneas hago mía la letra de este tema y con las manos temblorosas sobre el teclado te digo que, si es tu caso, si estás pasando por ese momento en el que no ves salida, háblalo, busca ayuda, no tengas miedo, no tengas vergüenza, te aseguro que no estás solo, hay muchos más de los que crees que están pasando o han pasado por lo mismo y la solución no es abandonar ni abandonarse. Putos Tokio, esto no se hace, no podéis jugar con los sentimientos del oyente así, os perdono porque si alguien encuentra refugio o una salida con este tema, seréis ídolos para mí, siempre.
Han tenido que pasar ocho años, incluso una maldita pandemia para que podamos tener en nuestras manos el cuarto trabajo de Tokio, el cuarto disco de unos currantes del Hard Rock de nuestro país, unos tipos únicos que están dispuesto a perder para que muchos ganemos con su música. Una banda sin mayor pretensión que la de hacerse oír, no esperes que vayan a buscarte, Tokio han decidió que su historia aún no está terminada, que no se podía tirar por el retrete el esfuerzo de toda una vida sin intentarlo una vez más, quien sabe si esta será la última oportunidad, pero no una última oportunidad para ellos, esta gente lo tiene clarísimo, esta oportunidad es para ti, para que dentro de unos años no te tires de los pelos, si es que aun te quedan, maldiciendo el no haber prestado atención a lo que tienes en casa. Quién sabe. Quizás, “La redención del Caos” sea, como te decían hace tiempo otra banda querida y añorada por todos, Niagara, un “NOW OR NEVER”.
By: Raúl Blanco
Source: metaltrip.com