SOZIEDAD ALKOHOLIKA, cuarta confirmación del Euskal MetalHeads

Foto: Álvaro Foronda

En línea consecuente con los tres anuncios ya realizados, Euskal Metalheads Kultur Elkartea acaba de confirmar lo que, a buen seguro, muchos y muchas ya habían vaticinado en ese juego de la quiniela que suele acompañar al goteo de confirmaciones de todo festival. Cuatro de cuatro dirá alguno, pero es que la dificultad de acertar era más bien escasa, por no decir nula, teniendo en cuenta los claros objetivos (Metal + cultura euskaldun) con los que se presentaba, hace escasas dos semanas, la celebración del 20 aniversario de la asociación organizadora, que tendrá lugar el próximo 18 de octubre de 2025 en el emblemático Bilbao Arena de la capital vizcaína.

Así que sí, efectivamente, son los gasteiztarras SOZIEDAD ALKOHOLIKA los que se suman al cartel del Euskal Metalheads Fest, en el que ya figuraban los guipuzcoanos Sutagar y Eraso!, más los albaceteños Angelus Apatrida, en una reunión que se presenta, cuando menos mítica, y de la que aún faltan sorpresas, pero de momento, como decía aquella “hasta aquí puedo leer”.

Y qué decir de Juan, Jimmy, Pirulo, Iñigo y Mikel (alineación actual) que no se sepa ya, tras una trayectoria iniciada allá por 1988, que se puede resumir en una decena de discos de estudio, más de 400.000 ejemplares vendidos y una auténtica legión de seguidores, dentro y fuera de nuestras fronteras, ganada a base de rotundos directos y una innegociable entrega escénica que les han convertido en una de las bandas más influyentes de la escena independiente. En su sonido combina estilos como el thrash, el hardcore y el metal con una maestría del todo personal, como sólo ellos saben hacerlo. Canciones contundentes con textos corrosivos y explícitos que golpean sin concesiones ni descanso, y donde el compromiso social y la denuncia directa han sido siempre sus principales características.

En su último álbum “Confrontación” -llegado al mercado el pasado 10 de mayo, a través de Maldito Records- han vuelto a hacerlo. Doce nuevas composiciones en las que su rabia y energía siguen intactas, a base de una implacable base rítmica y riffs afilados, junto con unas letras incómodas que plantan cara a las mentiras y atrocidades de la sociedad del bienestar. Y es que después de todo este tiempo ya no necesitan demostrar nada, ni rendir cuentas a nadie, que no sea a ellos mismos y a sus inquebrantables principios. Sus seguidores también lo saben y, de hecho, es lo que esperan de ellos: autenticidad y calidad a la hora de repartir brea, haciendo de sus directos una sucesión de trallazos que dan pocas concesiones a medias tintas.