Domingo, “Awake“. Con la misma sonrisa que nos metió en la cama nos levantamos. Menudo teatro de los sueños presenciamos ayer. Toca viajar de nuevo. Unos de vuelta a “Home “, otros van camino de Madrid y allí nos juntaremos. Whatsap ya les ha puesto los dientes largos con lo que vivimos ayer. Desayuno, vuelo, una buena comida por Madrid, las cosas en el hotel, tarde, si ya te quitan horas del día con un check-in tardío, ni te cuento si encima se les cae el sistema. Cercanías, metro, 19´00 horas, ya estamos junto a La Cubierta de Leganés. Hemos vuelto a los 80’s. Hay cosas que no cambian. Inevitablemente toca poner ambos conciertos en “The Mirror”. Faltan dos horas para el concierto y hay un montón de colas. Preguntas y nadie sabe decirte ni para que parte del local ni para que puerta. Punto para Lisboa que tenía gente con megafonía informando y no hizo falta correr a última hora. Me despido de los colegas y me voy a mi puerta, hoy toca foso.
He leído que han mejorado el sonido de La Cubierta, pero dentro, la gente local o habitual ya me va diciendo que no espere gran cosa, que no es verdad. Otra cosa. Estamos ya medio acostumbrados a entrar a conciertos a las 6 de la tarde, con ese horario europeo en sábados y viernes, incluso entre semana, así que no sé quien pensó que era buena idea que un domingo una banda que toca 3 horas comenzara a las 9 de la noche, teniendo en cuenta que se limita mucho el transporte urbano de vuelta a casa y el lunes madruga la peña. Punto para Lisboa. Bueno, vamos al bolo… de momento.
Son las 21’00, esto no empieza, la gente se impacienta. A penas unos minutos, suena Psycho, la banda sonora de la película Psicosis e intro elegida para ambientar el inicio, se apagan las luces, no todas porque no se aprecia bien la iluminación del enorme telón que tapa el escenario. Laser y focos iluminan selectivamente motivos del telón, resaltando logos e imágenes históricas de la banda. Recuerda que estamos ante el tour de 40 Aniversario del quinteto. Suena el comienzo de “Metropolis: The Miracle and The Sleeper”. Tema perfecto para crear hype. Cae el imponente telón, ahí está en pie mientras golpea su instrumento, el batería original, Mike Portnoy, el hijo prodigo ha vuelto a casa. El inicio es arrollador, el público de Madrid es más caliente que el de Lisboa, seguramente ayuda el que no haya la sosa y aburrida pista Golden donde gran parte de la asistencia entra por tener más recursos y para estar más cómodos y verlos mejor, pero donde no acceden muchas veces los fans más alocados y fieles o los más jóvenes por falta de pasta. Punto para Madrid. James Labrie empieza como la noche anterior, bastante bien pero variando el tono de las subidas. La banda suena brutal, ver a esta gente desde el foso es alucinante y como fan me cuesta mantener la compostura mientras trato de sacar las mejores fotos posibles. Impresiona ver la velocidad de los dedos de John Myung. Petrucci a penas cambia su postura y todos los objetivos se ven atraídos a su figura. James Labrie es ya un frontman y se va de lado a lado, animando y enseñando su pie de micro a las primeras filas mientras suelta sus estrofas a un nivel que hace años no mostraba. Las atmosferas para el mago Merlín, Jordan Rudess, que sabe cuando inclinar su teclado para enseñarnos su magia. Mike Portnoy es pura intensidad, el motor y el corazón. No dudo que esta gira estará siendo especial y muy emotiva para él. Se le ve feliz y le cambia la cara a la banda y también al público. “Overture 1928” y “Strange Deja Vú”, actos de esa obra maestra llamada “Metropolis Pt2: Scenes From a Memory”, suenan potentes y calientan al público. Qué bien canta Labrie los temas de este disco siempre. Dream Theater han subido un peldaño creo Yo, son ya una banda grande. Su montaje y puesta en escena con ese trabajo en las pantallas complementan su tremendo virtuosismo musical e incluso lo aumentan. El material visual es digno de ser editado de alguna manera en mi opinión. Se ve público joven y también femenino, cosa que no ocurría tanto en el pasado. El público ya no es solo ese nido de analistas musicales con libreta de antaño. Gran parte de la asistencia, posiblemente nunca vio a Portnoy con la banda, y en las primeras filas se ve mucha cara de ilusión. Para “The Mirror” nos toca abandonar nuestro privilegiado puesto en el foso. Nada más salir por la derecha me doy cuenta de la tremenda dispersión y fuga sónica, definitivamente, La Cubierta de Leganés no tiene el sonido que dice la publicidad, por lo menos no en todo el recinto. No quiero saber que sonaría en las gradas, donde parece ser que la gente tenía problemas para sentarse, dado que no había control sobre quién debía estar ahí o no, ni asientos numerados. “The Mirror” suena potente y densa y la extracción de color en las imágenes de las pantallas salvo el azul, la hace lucir más. Acaba con un empalme del solo de “Lie” para el que Jordan se cuelga su keytar para su duelo con Petrucci. En esta gira el bueno de Rudess ha tirado poco de su keytar y ha estado más en la plataforma, junto a Mike. Por cierto, otro punto negativo, este es fijo en este país. La cerveza, 7€ por una kaña. El katxi o maceta, que no tendrá un litro, 12€. Malísima, no me fijé cual, lo menos era Cruzcampo. Para el que le guste, no es mi caso. No me voy a disculpar por decir que una mierda me costó 7€. Dejar de robarnos ya ostia. Esto es un clamor nacional en los conciertos. Una mierda de kaña no puede valer eso. Busco otro sitio desde donde escuchar mejor y encontrar a mis colegas. “Panick Attack”, estoy al otro costado, potente pero bastante embarullada, me estoy acordando de lo bien que sonaba el MEO de Lisboa. Punto para ya sabéis quien no?. Y no me digáis que no haber venido. La entrada de Lisboa era más barata y sonó mejor, y escuché tanto castellano como portugués entre la gente. Sacad conclusiones. Da igual, aunque algo embarullado, el grupo suena kañero y la gente, como ya he dicho es más heavy en Madrid, así que la respuesta es más caliente y disfruta bastante lo que está viviendo. Y se oyen comentarios muy positivos de James Labrie, nadie esperaba que cantara tan bien. En algunas partes de los temas se ve como hay gente que espera ciertos cambios de tono para ver como falla, pero la sorpresa es mayúscula y James lo está bordando. El público corea la letra con él. Portnoy también le dobla voces graves como antaño. “Bartool Warrior”, con John a riff grueso, Mike a la parte izquierda según miramos de su kit. Caja aguda. Sí, la batería de Portnoy tiene dos cajas y cuando se sienta al lado derecho según miramos, toca caja grave para tema duro y cuando lo hace al lado izquierdo, tema melódico y caja aguda. Melodía fina máxima en las cuerdas de Petrucci y aceleración desorbitada y precisa en solos. Labrie pone a la peña a mover sus brazos en ola. Para “Hollow Years” curiosamente no se ven linternas, y no queda tan emotiva como Lisboa pero arranca una ovación reconociendo el desempeño del canadiense. A estas alturas la densidad de población de la zona en que me encuentro ya me ha hecho desistir de entrar al centro a juntarme con mi gente, así que espero en mi sitio al descanso. Tocan dos temas bien potentes, “Constant Motion” y “As I Am”, que solo hace constatar que ni el sonido para a esta gente. Menuda maquina de precisión el señor Petrucci con un Portnoy tremendamente enchufado. Hasta ahora salvo un sonido algo más embarullado, todo muy bien. James con algún signo de cansancio en su voz pero a muy buen nivel, nos indica que toca un pequeño descanso, unos 20 minutos. Aprovecho para encontrarme con “mi banda”. Bastante más centrados y a buena distancia, me dicen que el sonido sin ser tan bueno, si que mejora el vivido por mis oídos.
Pasados unos minutos se iluminan las pantallas, la gente se impacienta y algunos silban. Parecen no haberse dado cuenta que esas imágenes son parte del show. La música que suena está compuesta para la ocasión como homenaje al 40 Aniversario de los de Long Island e incluye en modo orquestal trozos de canciones de cada disco de la banda, adornado todo ello con un impresionante trabajo visual, que culmina con la portada del futuro disco “Parasomnia” que arranca ovación. La banda ya está en sus puestos y unas siniestras notas y los increíbles baquetazos de Mike que anima a la audiencia en pie tras su drumkit anuncian “Night Terror”, su nuevo single. Quieren enchufar a la gente con el nuevo material y hay buena respuesta por parte del respetable. Sigo pensando que no suenan claros y cristalinos pero el sonido en mi nuevo puesto mejora ostensiblemente. Se viene clásico. La gente enloquece con el riff de “Under a Glass Moon”, coreando la música, James hace ciertas variaciones inteligentemente para no forzar donde no va a llegar. Todos quisiéramos la versión original pero no es posible y a saber el precio que pagaría de intentarlo. Precisamente con la banda más relajada es James quien luce en “This is the Life” con preciosas melodías de John y en la que el vocalista si eleva. En “Vacant”, a solas con el piano de Jordan, el público aplaude al frontman. Estas dos fechas peninsulares ponen de manifiesto que la voz de James Labrie ha mejorado, anda fino y la peña lo recompensa, doble ovación para él. Empieza lo gordo.
“Stream of Conciousness” y “Octavarium”, más de media hora de virtuosismo de altos quilates, a un nivel técnico insuperable por ninguna banda de este planeta. La finura de John contrasta con la enorme velocidad que alcanza y por debajo pero perfectamente audible el martilleante bajo de Myung. Súmale la sonrisa que te arranca la alegría que saca a su teclado Jordan y Portnoy que se explaya como un animal. Mike puede tocar lo que sea. “Stream of Conciousnes” es un orgasmo instrumental. “Octavarium” ensalza de inicio las atmosferas que crea el mago Rudess muy bien intensificado con las imágenes de las pantallas. Jordan se eleva sónicamente y tras el descanso instrumental vuelve el bueno de James con Mike animando a la gente a dar palmas siguiendo el ritmo mientras corean. “Octavarium” es la definición por excelencia de Dream Theater. Posee todos sus componentes musicales, todos sus estilos. Que sonido. Para mí, Dream Theater contribuyó decisivamente al cambio del sonido del metal moderno. Llevó a otro nivel lo que empezó Metallica con la producción de su “Black Album”, y eso DT lo trasladó tanto al heavy metal como al progresivo como al metal más extremo. Esa forma de sonar limpia y cristalina a la vez que denso, crudo y potente según requiera el tema. Como anécdota, el chofer del bus que nos llevó del aeropuerto al centro de Madrid, nos preguntó si íbamos a algún concierto. Al contestar nosotros, nos dijo que viéndonos de negro, seguramente música clásica no sería. Escuchando “Octavarium”, yo diría que es música clásica moderna. La estructura del metal técnico, sea o no extremo, es lo más parecido a la música clásica que hay hoy en día, le pese a mentes cerradas que nunca lo van a entender. “Octavarium” es jazz, es épica, pasa por todo tipo de estados emocionales, es el “Cuatro Estaciones” de los neoyorquinos. Labrie canta estratosférico y grita como un poseso y levanta a la peña obligando al gentío a seguirle, aquí llega Myung con su martillo ataviado con 6 cables de alta tensión, que se escuchan definidamente sobre todo en los pasajes lentos casi sin música. Menuda cara de concentración la del asiático. La banda enfila el final del tema arrancando la ovación de la noche y los “Oess” de La Cubierta. La respuesta es más heavy y emocional que en Lisboa, punto para Madrid, hay que decirlo, y el quinteto se lleva la ovación de la noche.
A oscuras en la pantalla “There’s no place like Home”, Dorthy, El Mago de Oz. Arranca la no menos espectacular “Home”. Es domingo pero la gente está “On Fire”, y se va a ir a sobar a gusto con el bolazo que está presenciando. La Cubierta canta “Home” a pulmón y la banda quema nuestras almas. Petrucci obliga al otro John a seguirle al límite y sus dedos echan humo. Pletórico y explosivo final con un pequeño solo de Mike. Se enciende La Cubierta con las linternas del móvil para cantar “The Spirit Carries On”, la gente muy emocionada echando el resto. Se ve mucho heavy disfrutando, posiblemente muchos de los que antes criticaban el exceso de técnica y virtuosismo de la banda, pero como ya he dicho, esto ha cambiado. “Pull Me Under” pone el colofón a otra gran noche con James sufriendo, va exprimido al límite. Salvo algunos signos de cansancio puntuales, ha vuelto a cantar genial. Esto se acaba, son más de las 12, estamos a lunes ya. Dream Theater saludan al borde del escenario, han disfrutado y se les nota y nosotros también. También digo una cosa, John, si llegas a leer esto, échale unas púas a la gente. Un chaval ahí apoyado tres horas con una cara de ilusión desbordada ante un Dios de la guitarra, merece la oportunidad de llevase a casa un bonito recuerdo para toda la vida de un grandioso concierto.
Acaba aquí nuestra experiencia, termina la parte peninsular de la gira de 40 Aniversario de Dream Theater que con la vuelta de Mike Portnoy nos dio dos grandiosas noches volviendo a revisitar el pasado de la banda en un “Historic Turn Of Events”. Se encienden las brillantes luces blancas, que nos trasladan del pasado a esta vida, a medida que se disipan, volvemos a la consciencia, recordando lo vivido, cuando te lo diga, abre tus ojos y regresa al presente sintiéndote tranquilo y renovado… OPEN YOUR EYES!!!
Texto y fotos By Patx Black and THE SIX DE’GRISSESS
NOTA PERSONAL DEL REDACTOR
Saliendo vemos algo que hay que criticar porque luego se nos llena a todos la boca con la inclusión y pasa lo que pasa. Como no sé a quién corresponden ciertos temas y nos han pedido que lo mencionemos y creo que hay que mencionarlo, voy a hacerlo, sin señalar a nadie, intentando ser constructivo.
ZONA PARA PERSONAS DISCAPACITADAS. Hoy en día un evento en el que cabe la gente que entra en La Cubierta de Leganés, no puede tener la plataforma para personas con discapacidad que tenía este concierto. Estas personas han pagado una entrada para escuchar y VER el espectáculo. En esta ocasión, situada atrás del todo hacia un lateral y apenas los pies del andamiaje subidos del suelo escaso medio metro. Como nos dijeron varias personas, no vieron nada de nada. Si alargas un poco la rampa puedes elevar lo suficiente dicha plataforma para que estas personas puedan ver el show como el resto. No creo que pierdas mucha más capacidad de 15-20-30 personas según donde lo hagas y había sitio en pista como para desarrollarlo con dos tramos de rampa y cuatro piezas de andamiaje más.
SALIDA DEL EVENTO. Mientras acababa “Pull Me Under” se cerraron todas las salidas menos una, que fue por la que salimos todos a ritmo lento hasta que a empujones se obligó a abrir otra. Ya es una mala idea que un grupo acabe a las 0’15 horas de la madrugada del lunes, cuando el sábado estábamos fuera para las 23’00 horas. Mismo show y duración del mismo. Sin otra solución si no has ido en coche que el metro, a saber cuando aparece un taxi o Uber. Una vez más y es típico en Madrid, sales de un evento y te toca odisea para volver a donde te alojes. Que te haya costado 30 minutos llegar al concierto y tardes 2 horas en volver es de traca. Añade el caos en el Metro de Leganés con los operarios desbordados. Con que el concierto hubiera empezado a las 19-19’30 horas, todos hubiéramos tenido varias soluciones de vuelta y alguno habríamos dormido más de 3 horas esa noche.
Una vez más y para el futuro, aunque son tantas veces ya y en Madrid, que luego os preguntareis porque muchos se van fuera en vez de por aquí. Todo esto es por desgracia la definición de muchos conciertos en España. La solución tal vez ganar un poquito menos y garantizar que la gente se va contenta, pero lo más fácil de resolver, es lo de las personas discapacitadas. Nadie hoy en día está libre de acabar simplemente en muletas una temporada y un concierto le puede alegrar el trance, y para alguien limitado toda la vida, le supone una normalidad para el disfrute de la misma. “Goodnight Kiss”, “Wait for Sleep”, mañana será “Another Day”, feliz Dream…Theater.
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